[Crónica] 23/03/2018
Chesús Yuste - El pasado miércoles día 21, la Asociación Parlamentaria en Defensa de
los Derechos de los Animales (APDDA) llevó a las Cortes Generales la
reciente instancia del Comité de los Derechos del Niño de la ONU en
relación con los peligros de la exposición de los niños, niñas y
adolescentes a la violencia de la tauromaquia en España. Reconocidos
especialistas en el campo del Derecho y la psiquiatría participaron en
el Foro Infancia y Tauromaquia: España, ante la instancia del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, que se celebró en la sala Clara Campoamor del Congreso de los Diputados.
Tras la presentación del acto a cargo de la senadora Vanessa Angustia, de APDDA, la periodista Ruth Toledano, editora de El Caballo de Nietzsche, espacio de información animalista de eldiario.es, enmarcó el videorreportaje sobre la instancia del Comité de los Derechos del Niño que se proyectó a continuación, antes de dar paso a las intervenciones de los ponentes.
El primero de ellos, Jorge Cardona,
miembro del Comité de los Derechos del Niño de la ONU desde 2010 y
Catedrático de Derecho Internacional Público en la Universidad de
Valencia, explicó los objetivos del Comité en defensa del interés
superior de los niños, niñas y adolescentes. Aunque no podía referirse
al caso español por su deber de abstención acerca del propio país,
Cardona señaló los argumentos generales tenidos en cuenta en los otros
países taurinos evaluados por el Comité anteriormente y que son
coincidentes con España. El toreo profesional se considera una de las
peores formas de trabajo infantil según el Convenio 182 de la OIT, pues
puede dañar la salud, la seguridad o la moralidad de los menores de
edad, por lo que debe prohibirse a los menores de 18 años. Asimismo, el
Comité no solo se pronuncia sobre la participación de menores de edad,
incluida la formación y entrenamiento para el toreo profesional, sino
que rechaza la asistencia de menores de edad a corridas de toros y
eventos taurinos porque el artículo 19 de la Convención sobre los
Derechos del Niño recoge el derecho del niño, niña o adolescente a vivir
en un entorno libre de violencia.
La psiquiatra forense Gabriela Cruz Ares,
de la Universidad Nacional Autónoma de México y delegada de la
Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA), dio
cuenta del impacto que produce la exposición a la violencia de la
tauromaquia sobre niños, niñas y adolescentes, repasando las
conclusiones de numerosos estudios sobre los daños psíquicos,
emocionales y físicos que pueden sufrir los menores que son testigos de
violencia. Cruz destacó también el riesgo de que un niño pueda padecer
síntomas de estrés postraumático debido a las escenas de agresiones
hacia humanos y animales o heridas y cornadas impactantes. La psiquiatra
explicó el especial peligro de la exposición a la violencia orquestada
y, además, presentada como espectáculo de ocio o arte; todo ello
manifiestamente aprobado y aplaudido por adultos percibidos como modelos
por el niño. La aprobación explicita de sus referentes puede dañar su
sentimiento de seguridad, exacerbar el riesgo de sufrir síntomas
asociados con el trauma, normalizar la violencia y afectar el desarrollo
de la empatía, entre otras con consecuencias negativas y duraderas.
Asimismo, la literatura científica señala que la exposición a la
violencia hacia animales durante la infancia y la adolescencia está
vinculada a un mayor riesgo de manifestar problemas de comportamiento y
de incurrir en la violencia escolar, el bullying y otras conductas
indeseables y es un factor de riesgo para los patrones de violencia
interpersonal y trastornos psiquiátricos en la edad adulta.
Finalmente la abogada Anna Mulà,
coordinadora de la campaña Infancia sin Violencia de la Fundación Franz
Weber, organización consultora de la ONU, denunció la situación que se
vive en España. Hay 58 escuelas taurinas inscritas en el “Registro de
Escuelas Taurinas” del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte,
muchas de las cuales son respaldadas con fondos públicos, y carecen de
límite de edad para el acceso, aunque el Reglamento Taurino fija los 14
años para participar en lecciones prácticas con reses vivas, a pesar del
riesgo de heridas y lesiones. Al respecto, la misma legislación estatal
(Real Decreto 1.649/1997) prevé un “servicio de enfermería durante las
lecciones prácticas con reses en escuelas taurinas” y un “sistema de
evacuación para el traslado en ambulancia de los menores de edad
heridos”. En España se puede ser profesional taurino a los 16 años y
antes pueden realizar exhibiciones simulando una corrida de toros. Hay
545 plazas de toros, con un aforo potencial máximo de un millón y medio
de espectadores, entre los que hay menores de edad pues no existe una
edad mínima de acceso. Solo se limita la entrada en dos Comunidades: en
la Ley 9/2017 de las Islas Baleares (18 años) y en la Ley 10/2017 de
Galicia (12 años). También se televisan eventos taurinos en horario de
protección infantil porque la normativa no lo impide expresamente,
aunque la Ley 7/2010, General de la Comunicación Audiovisual, y el
Código de Autorregulación de RTVE prohíben la emisión para menores de
programas que incluyan maltrato o violencia gratuita. Y todo ello a
pesar de que la Constitución Española establece en su artículo 39 la
obligación de los poderes públicos de asegurar la protección de los
menores de edad prevista en los acuerdos internacionales que velan por
sus derechos; y en su artículo 20, se concibe la protección de la
infancia y la juventud como un límite a otros derechos, como el derecho a
la libertad de cátedra, a la libertad de expresión y a la producción
artística. Además, en la Ley Orgánica 1/1996, de protección jurídica del
menor, se reconoce la primacía del interés superior del niño, niña y
adolescente, y se enuncia como principio rector de las Administraciones
Públicas el de tener en cuenta las necesidades del menor al ejercer sus
competencias sobre educación, cultura y espectáculos. Ya la Ley Orgánica
1/2015 del Código Penal ha incorporado en el artículo 337.2 d) la
agravación de la pena si el maltrato a los animales se ejecuta en
presencia de un menor de edad, constatando así legalmente y por la vía
penal el impacto negativo que produce sobre los niños presenciar
maltrato hacia los animales.
Tras un turno de preguntas del público a los ponentes, se abordó el
tramo final del Foro con la intervención de los diputados en
representación de las distintas fuerzas políticas. Lamentablemente se
excusaron por problemas de agenda algunos de los portavoces de los
grupos parlamentarios. Me correspondió presentar a los diputados Jorge Luis, de Unidos Podemos-En Comú-En Marea, y Ester Capella,
de ERC, que anunciaron su apoyo a la iniciativa que estamos promoviendo
desde APDDA para dar cumplimiento a la instancia del Comité de Derechos
del Niño de la ONU.
Como conclusión, expuse, como coordinador de APDDA, que con la
celebración de este Foro habíamos cumplido nuestro primer objetivo:
abrir el debate y empujar a los partidos políticos a definirse al
respecto. La contundente instancia de Naciones Unidas refuerza nuestra
posición y nos impulsa a trabajar para convencer a todos los grupos. En
las próximas semanas, varios de ellos presentarán conjuntamente una
proposición no de ley. Es cierto que con esta iniciativa no vamos a
salvar al toro y al caballo, pero sí podremos salvar a otra víctima de
la violencia de la tauromaquia: los niños, niñas y adolescentes. En su
interés trabajamos.