"El Salto" 13/05/2020
APDDA apoya la denuncia
de la Plataforma NAC, junto con más de 200 organizaciones: “un porcentaje de
los animales asesinados en la actividad cinegética proviene de granjas”
Contrariamente a lo que suelen argumentar los cazadores en
defensa de su pasatiempo, la caza no tiene nada que ver con la “conservación” o
con el “control poblacional de especies”, según denuncia la Plataforma No a la
Caza (NAC). La organización explica que hasta dos millones de conejos y tres
millones de perdices y otras aves son reproducidos específicamente en granjas
cinegéticas cada año, sin un control en su suelta, con la única finalidad de
asegurar resultados en las cacerías.
En España, se observa una obra en dos actos: por un lado,
los cazadores obtienen de estas granjas a los animales a los que luego sueltan
para dispararles. A la vez, terminan con los depredadores naturales de conejos
o faisanes, como lobos, zorros, linces o rapaces, la “competencia” de las
empresas del sector cinegético, fomentando también su cría en cautividad.
Por otro lado, tras llenar los cotos con individuos criados
en granjas, que garantizan capturas masivas, presionan a los gobiernos
autonómicos para que la caza sea una de las primeras actividades en ser
permitida de nuevo tras la crisis sanitaria, con la excusa de “controlar” a
esos animales que ellos mismos soltaron antes, tras difundir imágenes de
animales como jabalíes en las periferias de núcleos urbanos, con lo que forman
una “falsa idea de sobrepoblación y ayudan a implantar la idea de que es
necesario un control del número de individuos por medio de las armas”,
denuncian desde NAC.
Bajo estas condiciones, según la plataforma, los animales no
tienen oportunidad de sobrevivir, ya que están acostumbrados a ser alimentados
con pienso y no tienen hábito de protegerse en el medio salvaje: se transforman
en “dianas vivas”, y a la vez, los efectos de estas prácticas resultan en
graves perjuicios también para el medio ambiente.
Esto es lo que denuncia la Plataforma NAC, respaldada por
más de 200 organizaciones —entre otras PACMA, Ecologistas en Acción, la Tortura
no es Cultura, Libera, EQUO, IU, Podemos Animalistas o la Asociación
Parlamentaria en Defensa de los Derechos Animales (APPDA)—, que señalan que “un
porcentaje de los animales asesinados en la actividad cinegética proviene de
granjas”, y denuncian que los efectos de esta práctica son devastadores para
animales y medioambiente. “Estas masacres son un cóctel letal porque acaban con
la biodiversidad, destruyen el equilibrio natural y convierten los campos en
factorías de dianas vivas listas para ser vendidas al mejor postor”, añaden.
Millones de sueltas
En 2014, el Ministerio de Agricultura hablaba de 1.235
explotaciones de perdiz, mientras que la Unión Nacional de Asociaciones de Caza
(UNAC) reconocía en su informe de 2018 que las sueltas de esa especie se
situaban entre los cuatro y seis millones por año. En provincias como León, la
“caza enlatada” con animales provenientes de granjas cinegéticas ha llegado a
constituir “el 100% de los animales cazados”, denuncian desde la Plataforma
NAC.
Solo en la provincia de Ciudad Real existían en 2019 60
granjas cinegéticas, de las más de 130 distribuidas por el territorio de
Castilla-La Mancha. Se trata de un “negocio tanto para criadores como para
dueños de cotos, que llegan a embolsarse desde 3.500 euros por matar un ciervo,
más de 2.000 euros por un gamo o hasta 1.500 euros por una cabra montesa”,
explican desde la plataforma NAC.
En una publicación de PACMA que denunciaba este tipo de
granjas, la agrupación asegura que “en realidad, los cazadores no se preocupan
por el medioambiente, el ecosistema ni la biodiversidad, sino que solo quieren
garantizar las poblaciones para poder seguir cazando animales”. En la misma
publicación, se mostraba una relación entre los municipios en los que se ha
declarado una “emergencia cinegética temporal”, los mismos en los que existen
granjas cinegéticas autorizadas. Desde
PACMA aseguran que “los cazadores quieren escudarse en el aumento de población
para justificar sus matanzas, pero en realidad es su propio sector el que las
produce”.
Por todo ello, desde NAC y en nombre de todas las
asociaciones que apoyan esta campaña, reclaman “que se ponga fin a las granjas
cinegéticas por ser parte interesada de la sobrepoblación y causantes de daños
a la biodiversidad, a los ecosistemas y a la agricultura”.
NAC propone alternativas para el control de la
sobrepoblación creada por las granjas, como “la esterilización de los
individuos tras estas sueltas indiscriminadas”, e insisten en que “la caza no
es la solución, sino la causa. El negocio de la muerte, de la mentira y de la
destrucción".