Conclusión: la oportunidad de incorporar la causa animal a la agenda política


La experiencia acumulada en el caso de la APDDA, a lo largo de más de doce años, permite extraer algunas conclusiones. Más de doce años en los que esta asociación no solo ha abierto importantes debates en el Parlamento español sobre los derechos de los animales y la necesidad de implementar políticas públicas de protección animal, sino que ha conseguido concitar mayorías (e incluso la unanimidad) en torno a algunos logros, que quizá puedan parecer menores, pero que allanan el camino hacia nuevos horizontes de mayor calado en favor de los animales. No obstante, lo más importante de la experiencia de APDDA puede ser el hecho de haberse mantenido como una asociación activa a través de más una década, superando el desafío de sobrevivir en tantas ocasiones a procesos electorales, que han traído la pérdida de escaño de varios miembros activos y, por tanto, la necesidad de incorporar nuevos miembros entre los electos. 

Sin duda, la existencia de una bancada, plataforma o asociación animalista en un parlamento garantiza que la problemática de los animales y las reivindicaciones de las organizaciones animalistas se abran hueco en la agenda política. Su carácter pluripartidista y transversal permite tejer complicidades entre diversos grupos parlamentarios y hacer incidencia política, tanto ante el Gobierno como ante la Oposición. Al mismo tiempo, el trabajo colaborativo con reconocidos juristas, veterinarios, pedagogos y psicólogos, entre otros profesionales, dota de rigor jurídico y científico a las diversas iniciativas que se impulsan, convirtiendo a la bancada en una referencia para el movimiento animalista del país. Por todo ello, podemos concluir que la experiencia de APDDA puede ser un modelo útil de trabajo en el mundo político e institucional para el movimiento defensor de los animales.