"Publioscopia" 28/10/2014
Chesús Yuste, que estuvo involucrado en la fundación de la Chunta Aragonesista, se hizo famoso por ser el diputado más activo del Congreso, algo que no ha cambiado incluso después de dejar su acta de diputado el pasado mes de junio. El incansable maño es viajero y hasta escritor de novela policíaca,
pero sobre todo comprometido. Su implicación en la defensa de los
derechos de los animales, la justicia social con ellos y la lucha contra
el especismo le ha llevado a ser el portavoz de Asoc. Parlamentaria en
Defensa de los Animales (APDDA). Él mismo nos cuenta cómo surge esta alianza, que está por encima de rivalidades políticas.
La APDDA se fundó a finales de 2007, ¿cuál fue el detonante?
Fue en la VIII legislatura, la primera de Zapatero, cuando
coincidieron varios diputados y senadores con inquietudes animalistas.
Iban presentando iniciativas individualmente. Como la proposición no de
ley de apoyo al Proyecto Gran Simio, que fue muy polémica en la prensa
conservadora. Pero el detonante para trabajar en colectivo fue la
constitución de una peña taurina en el Senado. Entonces se tomó la
decisión de constituir la APDDA, que no solo es antitaurina, sino que
trabaja por los derechos de todos los animales. Entonces solo eran siete
parlamentarios, en su mayoría catalanes o verdes. En esta legislatura
somos casi cuarenta parlamentarios y exparlamentarios de un amplio
abanico de colores y procedencias.
Como bien dices actualmente integran la asociación miembros
del PP, PSOE, IU, CiU, ERC, ICV, PNV, CHA... ¿Cómo se trabaja de forma
conjunta cuando se enfrentan por otros asuntos?
Nuestra filosofía de trabajo en la APDDA es poner a los animales
primero. Fuera podemos discutir de infinidad de asuntos, pero dentro
estamos comprometidos a buscar consensos en torno a los animales. Y de
momento estamos funcionando muy bien, logrando elaborar varias
propuestas muy interesantes, como la reforma del Código Penal, la ley
marco de protección animal, etc.
¿Qué hace necesario que los parlamentarios animalistas se unan al margen del partido al que pertenezcan?
Lo cierto es que la actividad en las Cortes Generales es frenética.
El día a día se te come el tiempo. Con atender las responsabilidades que
cada uno tiene en las comisiones y el Pleno de martes a jueves, además
de la agenda política en la propia circunscripción de cada uno de
viernes a lunes, ya es más que suficiente. Si quieres crear un hueco
para poder poner en la agenda parlamentaria la causa de los animales,
necesitas crear este espacio de complicidad y de trabajo colaborativo
que es la APDDA.
¿Por qué esa preocupación por los derechos de los animales no
tiene el peso suficiente en los partidos con representación
parlamentaria en España?
El interés por los animales es creciente en los partidos políticos,
porque es creciente en la sociedad. Las encuestas así lo confirman y las
asociaciones animalistas son cada vez más, cada vez más activas y están
empezando a entender que hacen falta nuevas leyes si queremos resolver
el problema de fondo, y para eso hay que trabajar con las instituciones.
La mentalidad de la sociedad española ha cambiado mucho en los últimos
cuarenta años. Por eso ahora es difícil que un partido no incluya
ninguna medida en relación con la protección o el bienestar animal. Otra
cosa es que sean más o menos audaces en sus propuestas. Sin duda, el
peso que todavía tiene la tauromaquia sirve de freno para que las
direcciones de los partidos no se atrevan a ir más allá en protección
animal, por miedo a abrir puertas que inevitablemente conduzcan a que se
impongan las tesis abolicionistas. No obstante, estoy convencido que en
los próximos años el peso de las propuestas en favor de los animales va
a crecer mucho. Sin duda, el hecho de que exista un partido
exclusivamente animalista como PACMA va a ayudar a que se “animalicen”
todos los partidos.
¿Existen otras organizaciones en parlamentos autonómicos?
Solo existe una similar en el Parlamento de Galicia: Espazo Parlamentar pola Defensa dos Animais,
que ha presentado infinidad de iniciativas. Pero tiene un
funcionamiento diferente a nosotros, actúa más como una coordinadora,
formada por dos representantes de cada uno de los tres grupos
parlamentarios de la oposición.
En este tiempo la APDDA no ha parado, entre iniciativas
legislativas y dar visibilidad a problemáticas sobre los animales.
¿Podría destacarme alguna acción por encima de otra? ¿Un gran éxito?
Estamos muy orgullosos del trabajo que hicimos elaborando enmiendas a
la reforma del Código Penal. Hemos propuesto nueve enmiendas para que
las presenten los grupos parlamentarios, que podemos resumir en dos
grandes objetivos: por un lado, que el maltratador condenado ingrese
efectivamente en prisión para que la condena se tome en serio como
ocurrió en su día con el delito ecológico (solo cuando un empresario
contaminador pisó la cárcel la sociedad se dio cuenta de que la cosa iba
en serio); y por otro, que se tipifique el delito de la zoofilia o
bestialismo, ya que el vacío legal permite el sexo con animales en
España si no se producen lesiones. La prohibición reciente en los países
escandinavos puede provocar que España se convierta en un santuario del
bestialismo y del cine porno con animales, por eso hace falta
tipificarlo como delito aquí también. Solo podremos considerar que hemos
tenido éxito si los grupos parlamentarios presentan las enmiendas que
desde APDDA hemos sugerido y se terminan incluyendo en el futuro Código
Penal, pero un año después aún no ha acabado el plazo de presentación de
enmiendas en el Congreso. Las cosas van muy despacio.
¿Y cuál sería el gran reto a llevar a cabo por la asociación?
El reto que tenemos en los próximos meses es elaborar enmiendas al
proyecto de ley de compraventa y tenencia de perros y gatos que ha
preparado el Gobierno. No es la ley marco de protección animal que
veníamos reclamando, pero al menos nos permitirá debatir sobre la
creación de un registro para perros de caza para intentar evitar el
tradicional abandono y maltrato de galgos y podencos, el sacrificio cero
en los centros de protección animal o la prohibición de la venta de
perros y gatos en tiendas en favor de la adopción a través de
protectoras.
Entre otras actividades, están las dos jornadas parlamentarias que han organizado. La última, el pasado mes de septiembre, con especial hincapié en la violencia especista. ¿Qué valoración hace una vez pasada y publicadas sus conclusiones?
Pues fueron todo un éxito, no sólo por el nivel de los ponentes que
desinteresadamente participaron en nuestra convocatoria, sino por el
interés y las aportaciones del público asistente, unas doscientas
personas de toda España. Las conclusiones nos van a permitir seguir
trabajando, poniendo el acento en la educación en la empatía con los
animales que se ha demostrado que funciona frente a la violencia en las
aulas, el bullying, etc.
Su implicación contra las tradiciones que usan animales en
los festejos, la tauromaquia o el reciente caso de Excálibur les ha dado
mucha relevancia en los medios. ¿Cómo interpretan esta atención?
Después de siete años de trabajo, especialmente positivo en esta
última legislatura, nos hemos convertido en una referencia del ámbito
político-institucional dentro del movimiento en favor de los animales.
Lo importante es que cada vez la información relativa a la denuncia del
maltrato animal ocupa mayores espacios y que dentro de ese espacio,
junto al ingente trabajo de las ONG, se ha abierto paso poco a poco el
trabajo de lobby político-institucional de nuestra asociación.
Sabemos que es un viajero. ¿Cómo se ve desde fuera la España
del Toro de la Vega, del récord en abandono de perros y en los
sacrificios injustificados?
En el mundo de los estereotipos España es el país del maltrato animal
institucionalizado. No solo se trata de las corridas de toros o los
festejos populares más crueles con los animales como el Toro de la Vega.
En Europa y EEUU se conoce la tragedia de los galgos, que, al terminar
la temporada de caza, en febrero, son ahorcados o abandonados en zanjas.
Periódicamente hay estados de EEUU que emprenden campañas de boicot
contra productos españoles para denunciar el maltrato a los galgos.
¿Cómo es posible que en un caso similar de epidemia de ébola, en Madrid
se mate inmediatamente al perro de una enferma sin saber si está
contagiado, mientras que en Dallas (Texas) se le mantiene con vida,
aislado y se le analiza para ver su estado de salud? En el mundo, la
Marca España se identifica con el nulo respeto hacia los animales. Si la
sociedad española no reacciona ante esos hechos, entonces merece esa
imagen de pueblo atrasado, incívico y cruel con los animales.
Por último, recientemente otorgaron los premios de la asociación a AVATMA y a ElDiario.es por
su sección ‘El Caballo de Nietzsche'. ¿Cómo se complementan las
asociaciones animalistas, con los medos de comunicación, con la APDDA?
Desde que fundamos la Asociación uno de nuestros objetivos es servir
de puente para poner en relación a las variadísimas organizaciones que
conforman el movimiento animalista entre sí y con las instituciones
públicas. En torno a un centenar de ONG de casi todas las comunidades
autónomas han acudido a nuestras dos Jornadas Parlamentarias de
Protección Animal. Eso es importantísimo para nosotros. Estamos tejiendo
una red de complicidades en favor de los animales. Y en esa tarea es
imprescindible contar con profesionales de distintos campos que han
asumido un compromiso animalista en la enseñanza, en la abogacía, en los
medios de comunicación, en la veterinaria o en los cuerpos de policía.
Este año premiamos a los veterinarios por la abolición de la tauromaquia
y el maltrato animal y al primer periódico que ha creado una sección de derechos de los animales, que se suman a los premios de años anteriores: a la experiencia educativa El Cuarto Hocico de
un pequeño pueblo de Zaragoza (una protectora de animales virtual
dirigida por niños y niñas de Primaria) y a la veterana abogada de
derechos humanos Magda Oranich, creadora de la primera Comisión de Derechos de los Animales en un colegio de abogados, el de Barcelona, así como a la primatóloga británica Jane Goodall a quien tuvimos el honor de entregar el I Premio APDDA Internacional.
Esa red de complicidades, estamos seguros, terminará poniendo a los
animales en el lugar que les corresponde en la España del siglo XXI.