Dinamarca pone coto al turista zoófilo

"La Vanguardia"  28/10/2014

"Nuestro país es el que corre ahora el riesgo de convertirse en un santuario", dice Chesús Yuste, portavoz de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales, que ha presentado una propuesta similar a la danesa en el marco de la reforma del código penal.

Dinamarca teme por su reputación: no quiere convertirse en el paraíso del bestialismo. Por esta razón su Gobierno ha anunciado que prohibirá las relaciones sexuales con animales. La iniciativa responde a las continuas denuncias de los animalistas, que llevan años destapando estas prácticas y hablan incluso de la aparición de un auténtico turismo zoófilo.

El país escandinavo no es el único del mundo donde este tipo de actos está permitido. Pero sí uno de los pocos de Europa que sigue haciéndolo. Suiza, Francia, el Reino Unido, Holanda y, más recientemente, Noruega, Alemania y Suecia ya lo han prohibido. Una situación que convierte a Dinamarca en un potencial "santuario para las personas con estas inclinaciones", según el ministro de Agricultura, Dan Jørgensen.

Sus temores se basan en las observaciones de activistas y periodistas, que apuntan a que Dinamarca es ya un destino turístico para los consumidores del sexo bestial, especialmente desde Alemania. Aunque el problema no es nuevo. Los medios lo sacaron a la luz por primera vez hace ocho años. Margit Shabanzadeh, de la televisión TV2, desveló varios casos de personas que vendían sexo con sus mascotas. Un hombre le explicó que a su granja de caballos llegaban autobuses llenos de turistas dispuestos a pagar a cambio de sexo con sus animales, según señala en un documental de Vice.

En Tønder, cerca de la frontera con Alemania, los habitantes han detectado la existencia de un burdel animal. "Quien nos informó vio entrar y salir coches con matrícula alemana", explica Peter Mollerup, presidente de DOSO, organización que agrupa a las asociaciones animalistas. "Aunque sepamos que esto existe no podemos denunciarlo, pues en Dinamarca mantener relaciones sexuales con un animal es legal, siempre que este no resulte herido", se lamenta.

Un caso ilustrativo es el de una ganadera cuyas cabras fueron atacadas sexualmente. La mujer ocultó una cámara en el establo tras notar a los animales estresados. Lo grabó todo. Pero pese a tener pruebas, no pudo acusar al culpable de abusar de sus cabras, sino sólo de entrar en su propiedad sin permiso.

El problema es difícil de cuantificar. Quienes llevan a cabo estas prácticas lo hacen a escondidas y no suelen llevar al animal al veterinario por miedo a que les descubra. Una encuesta del 2011 del Ministerio de Justicia a veterinarios reveló que un 17% ha sospechado alguna vez que un animal ha sido sometido sexualmente. En la mayoría de los casos, el animal había sufrido daños.

Mollerup celebra que su país decida finalmente penalizar esta conducta. Hace cuatro años, el Parlamento ya puso el tema sobre la mesa, pero acabó descartándolo, después de que el Comité Ético para los Animales señalara que la legislación actual ya protege al animal en caso de resultar herido. En opinión de estos expertos, prohibir el acto sexual en sí podría llevar a la cárcel a personas que no habrían causado ningún daño al animal. En este sentido, se trataría de una ley meramente "moralista", más sobre conductas sexuales aceptables que sobre daños u ofensas reales. Los animalistas, sin embargo, consideran que esta visión no tiene en cuenta el trauma o la ansiedad que sufre el animal aun cuando no sufra daños físicos. "Olvidan que este no puede dar su consentimiento y, por lo tanto, se está violando su dignidad", señala Mollerup.

El activista también destaca las consecuencias para la salud humana. Investigaciones médicas han demostrado que la incidencia del cáncer de pene es el doble de alta en los practicantes de bestialismo.

El Gobierno presentará su propuesta en noviembre y se espera que el Parlamento la apruebe poco después, dado el consenso que, ahora sí, existe a nivel político.

La pelota pasa a países como España, uno de los pocos de Europa que sigue tolerando estas prácticas, pues la ley sólo actúa en caso de maltrato grave del animal. "Nuestro país es el que corre ahora el riesgo de convertirse en un santuario", dice Chesús Yuste, portavoz de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales, que ha presentado una propuesta similar a la danesa en el marco de la reforma del código penal.