Según
el estudio “¿Son las mujeres más
sensibles a los derechos de los animales?”, de la Universidad de Jaén, “alguien que es mujer tiene
una probabilidad 3-4 veces mayor de ser voluntaria/o de una ONG animalista que
si es hombre”. El trabajo, publicado por la revista Isegoría,
ha sido realizado por Francisco Garrido, miembro fundador de la ‘Asociación
Parlamentaria en Defensa de los Animales’ (APDDA), junto con Isabel Balza.
Los
datos para el análisis se han obtenido a través de la APDDA, a fin de indagar
sobre la presencia de las mujeres en los movimientos de derechos de los
animales en el estado español y del posible “vínculo que conecta la
sensibilidad feminista con la sensibilidad animalista”, afirman los autores del
trabajo.
El
77,68% de los voluntarios de las ONG’s españolas animalistas y/o
proteccionistas consultadas son mujeres y sólo el 21,77% son hombres. Analizando
estos datos sobre la presencia de mujeres, dentro del Estado español, en el
movimiento animalista de protección de derechos y del bienestar animal, se corrobora
la “presencia muy mayoritaria de mujeres en las asociaciones, plataformas,
iniciativas y movimientos de defensa de los derechos de los animales”, lo cual
podría explicarse, según el estudio, porque las mujeres, desde finales del
siglo XIX, “vieron con claridad que
defender los derechos de un colectivo oprimido, como era el de las mujeres,
conllevaba la necesidad de ampliar la reivindicación de esos derechos a los
otros dominados como los animales, los esclavos y los niños”. “La opresión de
los otros excluidos –animales no humanos, esclavos y niños-, va a ser una marca
que distinga al movimiento feminista”, indica.
Estos
datos concordarían con “el – menor - interés que presentan, en especial las
mujeres más jóvenes, hacia las corridas de toros”, según datos de ‘Investiga’
(2008). Pero los investigadores defienden que “no se trata de una hipótesis que
defienda el esencialismo de los comportamientos de los hombres y de las
mujeres. Lo que defendemos es que culturalmente son las mujeres en su mayoría
las que han desarrollado la empatía hacia los animales no humanos”.
Para
Garrido y Balza, “el animalismo es la forma más poderosa de movilización de sentimientos
morales de fraternidad con la naturaleza”.